Arquitectura

Villanueva del Fresno

Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción

El aumento constante de la población determinó la necesidad de una Iglesia en 1673, en 1679 se les adjudica la obra valorada en 58.000 R.V. a los albañiles Juan Pérez de Higuera de Vargas y Antonio Rodríguez de Santiago de Ano (Portugal). En 1.685 año es consagrada por el Obispo D. Juan Marín de Rodezno, este ordena se trasladen allí los huesos enterrados en la Capilla del Espíritu Santo.
El Retablo Mayor fue construido en 1.685 por el Maestro Alarife Xptobal Caveças, el cual hizo también los altares laterales finalizados en 1689. Construida la Capilla bautismal en 1.689, se traslada la gran Pila Bautismal del siglo XV, procedente del antiguo Templo de la Virgen de la Estrella y en cuyo mármol resaltan el escudo de armas de los Portocarrero. Bajo dicha Pila descansan los restos del que fuera ermitaño de Moncarche y Bandolero después: Manuel de Almeyda ” Rasquillo”. La primera campana se trajo en 1689 desde Lisboa por el Capitán Alexo Carrasco. En 1695 se completa el juego de campanas gracias a la donación hecha por Dª Tomasa Prieto de Salaza. La pintura del Altar Mayor y media naranja corre a cargo del Pintor Juan Pimienta natural de Mora (Portugal).
El Templo se inauguró en 1.690, con dos entradas, la principal llamada de El Perdón la cual ostenta restos de la antigua Iglesia de Nuestra Señora de la Estrella y la de El Sol. En 1.700 sufragado por el Marqués se adquieren una Cruz de plata de 95 onzas de peso realizada por el platero Pedro Alcántara de Badajoz y un cáliz con su patena de plata dorada, realizada por el platero de Zafra Lorenzo Carballo. De 1.701 es el incensario de plata que el Cabildo regaló a la Cofradía del Santísimo Sacramento. En 1702 La Iglesia volvió a quedarse pequeña, por lo que el Ayuntamiento demanda al Marqués la realización de una ampliación. El templo media entonces unos 100 metros cuadrados útiles, para unos 300 vecinos. En 1733 el maestro de obra Manuel de Castro realiza una reforma de ampliación añadiendo una tercera entrada, que da a la Plaza y que es la de uso común. Arquitectónicamente se divide en tres naves. La bóveda central de arista está sostenida por pechinas y se corona con una cúpula semiesférica, siendo esta de mayor altura que las laterales, apareciendo todas ellas divididas en cuatro tramos conformados por arcos de medio punto, que descansan sobre pilares. Sus bóvedas laterales son de cañón, levantándose cúpulas sobre el crucero y las capillas. La Imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción que ocupa el retablo mayor y bajo cuya advocación se halla la Parroquia, es una talla del extremeño Gabino Amaya datada en 1948, año en que se guarda la antigua y primera Virgen de la Inmaculada donada por Diego Fernández en 1.668. Los retablos se añadieron en 1.733, de claros rasgos barrocos son obra del escultor de Jerez de los Caballeros, Juan Ramos de Castro.
En 1740 se bendice la iglesia. El Templo alberga una bella talla granadina de la Virgen de la Piedad del siglo XVIII, además de las imágenes de Nuestra Señora del Carmen (recién restaurada por Luis Peña en los talleres Llerena), Santa Rita, San José, San Juan y Santa Ana, todas pertenecientes al siglo XVIII de autor anónimo. Del antiguo Templo también procede, el retablo de la Virgen de la Luz realizado en mármol, el cual se puede admirar en la nave del Evangelio y que acoge a la imagen yacente de la «Virgen del Tránsito» de un gran valor. El Sagrario de Plata es del taller de orfebrería “Triana” de Sevilla y ha sido realizado a finales del siglo XX, fue sufragado en parte por las donaciones de los parroquianos y en él se encuentra grabada la relación de los párrocos que han ido pasando por esta Iglesia. Asimismo destaca en su interior un valioso cuadro de Cristo Crucificado. La imagen del Santo Cristo con la Cruz a cuestas se adquirió por iniciativa del párroco don Pedro Martín en abril de 1945. La portada principal es de traza sencilla y de rasgos clasicistas típicos del siglo XVIII se compone de cuatro columnas y un frontón de sobria factura, sobre el cual se abren tres ventanas, recientemente embellecidas con elegantes vidrieras, que están rematadas con coquetos frontones. El conjunto esta coronado con una esbelta espadaña. La portada del lado de la epístola, tiene rasgos más sencillos y se perciben en ella influencias de la arquitectura lusa. Datos y Hechos históricos recopilados por los historiadores D. Hilario López y D. Carlos Barreto a los que agradecemos tan encomiable labor. Gran herencia para todas las generaciones.

Ermita de Nuestra Señora de Fátima

Situada en el antiguo Ejido de la Mora dividido en la Mora alta y Mora baja. La Ermita es un pequeño Templo Parroquial bajo la advocación de Nuestra Señora de Fátima. Dicha Ermita de moderna construcción, da nombre al barrio que la acoge.
En ella se celebra el culto en varias ocasiones al año, entre ellas con ocasión de la festividad de la Virgen, en el mes de mayo. Inaugurada el 29 de mayo de 1.977 tuvo un coste de 900.000 pts financiadas por un donativo particular, la Diputación Provincial y “Las hijas de María” que adquirieron la bella imagen de Fátima.
Esta Virgen cuenta con una gran devoción en toda la localidad, sus fiestas se celebran el 13 de Mayo. En noviembre de 1.949 la imagen peregrina de la Virgen de Fátima visitó nuestro municipio, todo un acontecimiento que movilizó a toda la población a la calle, para esperar y admirar a la Virgen. Para el recibimiento se adornaron las calles, realizando un arco floral en las confluencias de las calles Avda Juan Carlos I y Obispo Quevedo, a modo de puerta de la Villa.
Dan comienzo a finales de agosto. El día 25 es el día grande. Las ferias y fiestas tienen una duración aproximada de cinco días.

Ermita del Santísimo Cristo de la Expiración

La Cofradía de la Vera Cruz en 1703 realizaba el jueves santo, la procesión del Cristo de la Expiración conocida por “Procesión de la Sangre”. Muchos años después al cambiarse la denominación de la Cofradía por la del Cristo de la Expiración, empezó a celebrar sus fiestas el 14 de septiembre procesionando ese día.
La imagen del Cristo se refugió en Jerez de los Caballeros en 1703, ante la inminencia de las hostilidades con Portugal, al mismo tiempo se llevaron las campanas de la Ermita que debido al bronce eran codiciadas por los ejércitos. En 1.721 D. José Larrea y su esposa D. ª Leonarda Canseco ( hija del Capitán de la Orden de Calatrava D. Antonio Canseco) donaron el terreno y los costes de edificación de dicha Ermita. La obra se culminó en 1.726 de la mano del maestro de Hornachos Manuel de Castro.
La Ermita de una sola nave, tiene una bóveda de cañón, que culmina en el presbiterio, en otra de media naranja, rematada con linterna. Este presbiterio tiene un acceso de gradas de mármol y esta resguardado por una verja de hierro.
En él encontramos el altar mayor, el cual ostenta un retablo de mampostería con seis grandes columnas corintias que separan la calle central de las laterales. En los paramentos laterales, aparecen unos arcos sostenidos por columnas de orden dórico. La portada de la ermita es de piedra y resalta sobre el fondo blanco de la fachada, la misma se cataloga de estilo neoclásico y en ella encontramos el escudo de armas de la familia Canseco donantes de dicha ermita. La portada se corona con una sencilla pero bonita espadaña. La parte inferior del retablo mayor, acoge al “Cristo de la Expiración “ imagen que cuenta con una fervorosa veneración entre los parroquianos de la localidad.
Se trata de una talla de la escuela barroca del taller de D. Pedro Roldán. Data del siglo XVII y al igual que la ermita fue donada por la familia Canseco. En su interior también hallamos a la “Virgen de Nuestra Señora de la Soledad” encargada por el Obispo de Badajoz, en su visita a la localidad en 1731 y realizada por un imaginero pacense. A pesar de tener un valor artístico menor, la talla es de una belleza admirable y cuenta con una grandísima devoción. El Señor Amarrado a la Columna fue adquirida en 1718, pertenece al imaginero sevillano Montes de Oca. Concebida originalmente como un Jesús Nazareno con la Cruz a Cuestas, fue sustituido en 1945 por la talla actual de menor valor. La imagen del “Amarrao” aún presenta las articulaciones de los codos y en la parte delantera el orificio del tornillo de la cruz. La postura corresponde a un Nazareno caminando, dejando atrás el pie derecho, sus manos presentan la tradicional unión de los dedos anular y corazón. También se pueden admirar otras tallas menores de San Cristóbal y San Antonio de Padua.

Ermita de San Ginés Abdelardo de la Jara

No se sabe la fecha concreta de su edificación, aunque si se conoce el hecho de que en 1.643 el ejército Portugués que arrasó la localidad, se alojó en él en las maniobras de aproximación a la villa. Templo erigido en honor al Patrón que se perfila en el horizonte del cerro que lo acoge.
Es una sencilla construcción de mampostería con gruesos contrafuertes. Su portada se compone de un pequeño atrio con arco frontal tipo carpanel, rematada por una sencilla espadaña con campanil. Acompañando a San Ginés se encuentran San Juan Nepomuceno y Santa Bárbara ambas obras del imaginero Ángel Benito Layela, adquiridas en 1803.
El interior es abovedado. En el primer tercio del siglo XVIII se añadieron la casa del santero y el atrio porticado. La ermita fue reformada y consolidada, obra promovida por el Ayuntamiento y Aderco. La Romería en su honor se celebra el primer domingo del mes de mayo, según estipuló el Alcalde Mayor de Villanueva del Fresno de 1800 D. Juan Eugenio Lucia y Marín.
Este Alcalde se preocupó de recuperar la Hermandad de San Ginés, de la que fue mayordomo y sufragar los gastos de (18.000 Reales de vellón) en la reedificación, ampliación y demás obras de mejora de la Ermita del Santo, ornamentos y cercado.
Datos y hechos históricos recopilados por los Historiadores D. Hilario López y D. Carlos Barreto a los que agradecemos tan encomiable labor. Gran herencia para todas las generaciones.

Ermita del Santísimo Cristo de la Expiración

La ermita de Nuestra Señora de Moncarche aún sigue en pie, en la dehesa de este nombre. En ella se veneraba a la imagen de la Moncarchita, de esta imagen fue santero el bandolero “Rasquillo” en el siglo XVII, cuyos restos descansan en la Iglesia Parroquial, bajo la Pila Bautismal.
En el siglo XVIII el Hermano Tomás la reedificó construyendo la hospedería y limpiando de maleza los alrededores e injertando de olivos los acebuches que aún había. La Virgen de la Luz es también conocida por la Moncarchita (en referencia a la dehesa de Moncarche) donde se apareció. La leyenda popular cuenta que el serrano Mexia de Espinar de Segovia estando en su morada vio luz y oyó voces y al ir al día siguiente al sitio se encontró con Nª Sª de la Luz.
Esta Virgen es la Patrona de Alconchel.